Nose por donde empezar, no hay palabras para describir lo sucedido ayer en el Carlos Tartiere. Por lo tanto empezaré diciendo que hoy no hay crónica porque apenas hay nada que destacar; y no hay nada que destacar porque un energumeno sin nada mejor que hacer se encargó de amargar el último partido en casa en 2013 porque tiró un petardo al tunel de vestuarios.
Lo cierto es que el Oviedo salió enchufado al partido, haciendo un buen juego, controlando el partido y mejorando la imagen de partidos atrás. Nada más comenzar el partido Annunziata chutó fuera, luego el kaiser Cervero marcaba el único gol que se vió en los 45 minutos y luego el propio Cervero fue expulsadocon roja directa al cuarto de hora de juego, para mi injustamente desde mi posición en el campo.
Ya no hay más que destacar futbolisticamente hablando. Luego vino todo el lío del petardo. Cierto es que el arbitraje de Zarrabeitia Arrieta dejó mucho que desear. Segun el acta arbitral se lanzó desde la grada un petardo que se introdujo por el lateral del túnel móvil de entrada a vestuarios, haciendo explosión a apenas un metro de distancia desde nuestra posición. Y añadió que observando que tanto nuestra integridad física como la de otros empleados del club no estaba asegurada, he decidido suspender el partido en el descanso.
Ahora el comite de competición decidirá la sanción que le cae al conjunto azul que desde mi punto de vista me da la impresión que va a ser de órdago a la grande, maxime sabiendo que el Tartiere estaba ya apercibido de sanción.
Lo triste de todo esto es que por culpa de un energumeno nos quedaremos sin ver al Oviedo los que nos comportamos como personas civilizadas.
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