El renovado Oviedo (en la moral después de dos victorias, los nombres siguen siendo los mismos) se enfrenta esta tarde al reto subrayado como clave en la temporada para conocer su futuro en la competición: rendir en el Carlos Tartiere. Llega el Ourense para representar el papel de incómodo visitante que pretende hurtar el botín. Ya se han visto bastantes casos de estos a lo largo de la temporada. La situación ha sido tan habitual en la primera vuelta que desde la plantilla no se duda en apuntar al objetivo de recuperar al Tartiere para la causa para que las opciones de conquistar el primer puesto aumenten exponencialmente. Para ello, el divorcio entre estadio y jugadores, evidente en el último partido liguero, debería ser superado.
Después de los escarceos en los despachos de las últimas horas, ninguna de las negociaciones mantenidas llegaron a buen puerta y el Oviedo disputará lo que resta de campaña con los mismos 20 futbolistas que se embarcaron en el proyecto el pasado verano. La decisión es mitad de confianza en los futbolistas, mitad vicisitudes del mercado. Poco había en oferta que mejorara la calidad de la plantilla, según el criterio de los técnicos, y lo que había alcanzaba un precio prohibitivo.
Las buenas sensaciones dejadas en el partido de Las Gaunas podrían hacer que Granero se decida a repetir el once que venció 1-4. De esta forma, el Oviedo formaría con Pol; Alba, Javi Hernández, David Fernández, Sergio Díaz; Héctor Simón, Erice; Susaeta, Alain, Señé; Cervero. La convocatoria de 18 hombres la completan Orlando, Pardo, Sergio Rodríguez, Iván Rubio, Annunziata, Salva Rivas y Sergio García, entre los que Granero debe descartar a dos antes del choque.
El Ourense llega al Tartiere con innumerables problemas pero eso, tratándose del Oviedo, ha quedado sobradamente demostrado de que no es algo significativo. Las malas sensaciones de los gallegos comienzan en el césped y continúan en los despachos. En el apartado deportivo, el Ourense ha sumado un punto en las últimas tres jornadas. Los resultados le han costado un puesto entre los cuatro primeros, donde se había acomodado desde los primeros compases del campeonato.
Pero la situación es aún peor desde la perspectiva económica. El club adeuda 3 meses a sus futbolistas y cinco a sus empleados. El dinero de las subvenciones parece que será usado para pagar las deudas con los organismos públicos y la viabilidad parece muy complicada. Con todo, la presencia de dos futbolistas con pasado en el Oviedo, Íker Alegre y Óscar Martínez, amenaza con conceder un extra de motivación a los hombres de Luisito.
Con el liderato a tres puntos y el refuerzo moral de las dos últimas victorias, la llegada de Joaquín del Olmo, asesor del Grupo Carso, parece haber renovado la esperanza del oviedismo en una temporada que se considera vital para encarar el futuro con la mejor de las perspectivas. Con el liderato a tres puntos de distancia, Del Olmo fue claro en su mensaje del viernes durante su acto de presentación: "necesitamos luchar todos unidos. Me gustaría que ante el Ourense se vea un gran ambiente y que la gente demuestre que cree en el proyecto de Carso".
Después de los escarceos en los despachos de las últimas horas, ninguna de las negociaciones mantenidas llegaron a buen puerta y el Oviedo disputará lo que resta de campaña con los mismos 20 futbolistas que se embarcaron en el proyecto el pasado verano. La decisión es mitad de confianza en los futbolistas, mitad vicisitudes del mercado. Poco había en oferta que mejorara la calidad de la plantilla, según el criterio de los técnicos, y lo que había alcanzaba un precio prohibitivo.
Las buenas sensaciones dejadas en el partido de Las Gaunas podrían hacer que Granero se decida a repetir el once que venció 1-4. De esta forma, el Oviedo formaría con Pol; Alba, Javi Hernández, David Fernández, Sergio Díaz; Héctor Simón, Erice; Susaeta, Alain, Señé; Cervero. La convocatoria de 18 hombres la completan Orlando, Pardo, Sergio Rodríguez, Iván Rubio, Annunziata, Salva Rivas y Sergio García, entre los que Granero debe descartar a dos antes del choque.
El Ourense llega al Tartiere con innumerables problemas pero eso, tratándose del Oviedo, ha quedado sobradamente demostrado de que no es algo significativo. Las malas sensaciones de los gallegos comienzan en el césped y continúan en los despachos. En el apartado deportivo, el Ourense ha sumado un punto en las últimas tres jornadas. Los resultados le han costado un puesto entre los cuatro primeros, donde se había acomodado desde los primeros compases del campeonato.
Pero la situación es aún peor desde la perspectiva económica. El club adeuda 3 meses a sus futbolistas y cinco a sus empleados. El dinero de las subvenciones parece que será usado para pagar las deudas con los organismos públicos y la viabilidad parece muy complicada. Con todo, la presencia de dos futbolistas con pasado en el Oviedo, Íker Alegre y Óscar Martínez, amenaza con conceder un extra de motivación a los hombres de Luisito.
Con el liderato a tres puntos y el refuerzo moral de las dos últimas victorias, la llegada de Joaquín del Olmo, asesor del Grupo Carso, parece haber renovado la esperanza del oviedismo en una temporada que se considera vital para encarar el futuro con la mejor de las perspectivas. Con el liderato a tres puntos de distancia, Del Olmo fue claro en su mensaje del viernes durante su acto de presentación: "necesitamos luchar todos unidos. Me gustaría que ante el Ourense se vea un gran ambiente y que la gente demuestre que cree en el proyecto de Carso".
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