lunes, 10 de septiembre de 2012

El Oviedo vuelve a estrellarse en San Sebastián de los Reyes

Foto: La nueva España
UD San Sebastián de Los Reyes: Miguel Ángel; Saúl, Javi González, Vaquero, Castañera; Vázquez, Gibanel; Mena (Torres, minuto 69), Moncho, Ismael (Javi Vicente, minuto 57); y David Sanz (Bidari, minuto 80)

Real Oviedo: Dani Barrio; Owona (Oscar Martínez, minuto 75), Mantovani, Baquero, Javi Cantero; Casares (Iván Rubio, minuto 69), Aitor Sanz, Cerrajería, Aquino (Iker Alegre, minuto 57); Cervero y Manu Busto

Árbitro:
Ripoll Solano (Baleares). Amarilla al local Saúl y a los visitantes Aitor Sanz, Mantovani y Oscar Martínez. Expulsó por doble amonestación a Cerrajería en el minuto 90.

Goles:
1-0, minuto 24: Ismael; 1-1, minuto 28: Cervero; 2-1, minuto 30: Gibanel; 2-2, minuto 44. Cerrajería; 3-2, minuto 74: Javi Vicente

Incidencias:
Nuevo Matapiñonera, 1.000 espectadores.

Ya de por sí el nombre, Matapiñonera, intimida. Recordando antecedentes, el asunto parece más serio. La primera derrota de la temporada tenía que llegar en un campo así, uno de esos escenarios en los que el aficionado oviedista aprovecha para echar cuentas del tiempo que lleva alejado de la élite. Nueve años ya por estos parajes. Los azules eligieron un césped con nefasto recuerdo para sufrir el primer traspié. Mejor catalogarlo como accidente que caer en el tremendismo propio de los últimos años: la salud de los oviedistas lo agradecerá.

El 3-2 final refleja que el Oviedo fue inferior a un rival que siempre estuvo más cómodo sobre el terreno de juego. Como si el césped irregular, el piso excesivamente duro o el bote impredecible estuvieran en la predicción del día. El Sanse sintió un ambiente más familiar en un partido cargado de errores.

La tercera jornada de Liga parece un buen momento para anotar defectos que corregir. Sobreponerse a las condiciones negativas con celeridad debe ser uno de ellos. El Oviedo tardó demasiado en cogerle el truco al choque. Y cuando lo hizo ya iba por detrás en el marcador. Ismael le puso la firma al primer jaleo defensivo de la tarde. El balón centrado desde la izquierda del ataque local llegó manso, leve, al corazón del área. Ismael tuvo tiempo de controlar, colocarse y hasta sonreír a las cámaras antes de batir a Barrio por arriba. Tocaba levantarse del primer mazazo de la temporada.

El gol del empate se convirtió en un homenaje a la tenacidad. A estas alturas es bien sabido que la velocidad no es el don más preciado de Diego Cervero. Por eso cuando el balón pellizcado por Manu Busto llegó a la espalda de los centrales, la jugada se había convertido en asusto personal para el ovetense: el hombre contra la física. Con ventaja manifiesta para el portero local, Diego optó por ir al suelo en un recurso más propio del más aguerrido defensor. Ganó el duelo y anotó a puerta vacía. La celebración compitió en espectacularidad con la jugada: gesto propiedad intelectual de Michu, salto al vacío y cabezazos contra el césped. Escena coherente para un chico que si no estuviera en el césped se le podría encontrar con una bengala en la grada.

La pena para los azules fue que la onda expansiva del gol de Cervero -el número 100 de su carrera- apenas tuvo radio de acción. Un minuto después Gibanel volvía a adelantar al Sanse. En un saque de esquina, una de esas jugadas que tanto escuece a los técnicos. La fortaleza defensiva demostrada por los azules en los tres primeros duelo de la campaña desapareció ante el embrujo de Matapiñonera. 

El Oviedo se sintió entonces en la obligación de ir con decisión a por el gol. Achuchó lo suyo durante los minutos finales de la primera mitad, hasta aprovechar la presencia en el área contraria. Cerrajería cabeceó a la red un centro de Busto desde la derecha. La igualdad de fallos defensivos se tradujo en tablas al descanso, un mal menor para el Oviedo atendiendo a los méritos generales de los primeros 45 minutos. La segunda mitad no fue tan trepidante. El Sanse acogió con gusto el papel de víctima. El Oviedo, apoyado por la clasificación, la historia o el ánimo de la grada debía llevar el peso. Y así lo intentó. Sin embargo, apenas se constataron grietas en el muro defensivo local. Un disparo de Aquino en el rechace de un saque de esquina fue lo más parecido a una ocasión de los de Sarriugarte.

El técnico vasco decidió mover el banquillo buscando algo nuevo: chispa, oxígeno, propuestas diferentes. Íker Alegre debutó en partido oficial con el Oviedo en la banda izquierda, e Iván Rubio le dio réplica en la derecha. El Sanse, a gusto en su guarida, no dio motivos para temerle en ataque.
Que el partido sería una cuestión de errores quedó demostrado en la primera mitad. En Segunda B un alto porcentaje de encuentros se resuelve por detalles nimios, sin apenas importancia. Una mota de nieve puede convertirse a la larga en un alud. Un saque de banda, un bote peligroso y un control defectuoso pueden sentenciar un partido. El penalti señalado por el árbitro en el control de Cerrajería fue airadamente protestado por el vasco. Dio igual, el colegiado ya había decidido. Javi Vicente, recién ingresado en el campo y que en la primera jornada había errado una pena máxima contra el Marino, recuperó la fe desde los once metros batiendo a Dani Barrio.

El tercer mazazo parecía conllevar una nueva muestra de orgullo azul, pero no hubo tercera parte. El gol secó al Oviedo, lo aturdió en exceso y fortaleció la fe de los locales. Óscar Martínez entró en el campo por Owona para sumar motivos ofensivos. El gallego y Cervero estuvieron más lucidos entonces en el choque frontal que en sus efectos secundarios. El Oviedo apenas olió las segundas jugadas cercanas al área del Sanse.

Quizás el defecto más criticable de los azules llegó en estos minutos finales. Los errores en la zaga parecen subsanables, pero la falta de ideas con el balón es un asunto más serio. Los últimos quince minutos del partido recordaron a tiempos pasados, en la peor de sus versiones: balones largos, frontales, invitaciones para el lucimiento de una defensa bien plantada.

Los locales cerraron el camino con cinco defensas pretorianos y el Oviedo apenas inquietó. El árbitro hizo empeorar el panorama para los azules con la expulsión de Cerrajería en una jugada sin chicha en los minutos finales. 

Las imágenes vividas en Matapiñonera hace cuatro meses en el final de la etapa Pacheta invitan a la tragedia. La memoria, frágil por naturaleza, suele carburar mejor con las malas experiencias, pero lo de ayer no llega al rango de pesadilla. Si acaso, un mal sueño. Esta vez no hubo lágrimas ni gritos de desesperación, el camino es suficientemente largo como para llevarse ya las manos a la cabeza. Los seis puntos sumados en el inicio dan margen de confianza. La Copa, el miércoles, supone la mejor excusa posible para olvidarse rápido de Matapiñonera, postal de imborrable recuerdo en la memoria azul, al menos en la sección de disgustos.

Al termino del partido el entrenador azul Felix Sarriugarte realizó las siguientes delcaraciones:

¿Qué valoración hace del partido de esta tarde?
Quiero comenzar la rueda de prensa felicitando al San Sebastián de Los Reyes por su victoria de esta tarde. Nos ha creado dificultades con su juego y nosotros no hemos estado bien a pesar de haber conseguido igualar el marcador en dos ocasiones. Nos ha sido imposible puntuar.
 
El equipo había mostrado una solidez defensiva en los dos encuentros anteriores, pero hoy ha encajado tres goles 
Sí, hemos encajado tres goles y eso quiere decir que hay cosas que mejorar en ese aspecto. También es verdad que marcando dos goles fuera de casa puedes pensar en sacar un resultado positivo, pero hoy se ha visto que no fue posible.

Una lectura positiva es que si el equipo tiene que perder para corregir los errores, vale más que sea en el inicio de Liga
 
Estamos empezando la Liga, pero perder no reconforta nunca. No nos marchamos contentos para Oviedo porque hoy pudimos haberlo hecho mejor, pero hay que comenzar a pensar en la eliminatoria de Copa del Rey del miércoles.
 
Tras encajar el tercer gol, el equipo quizá no tuvo mucha fluidez en el juego 
Sí, aunque tampoco acompañaba ni el día ni el campo. No hemos encontrado la posibilidad de jugar y hemos tenido que recurrir a balones diagonales. En ese aspecto no hemos podido superarles.
 
Tendrán que reponerse pronto del revés de esta tarde porque el miércoles tienen eliminatoria de Copa del Rey  
Nosotros afrontamos cada rival en su momento y hasta mañana, lunes, estaremos un poco doloridos por la derrota en San Sebastián de Los Reyes.
 
¿Qué opinión le merece la jugada del tercer gol local?  
Sí lo ha pitado es porque lo ha visto.
 
Para acabar, ¿qué le ha parecido el conjunto local? 
El San Sebastián de Los Reyes ha hecho su partido y es justo vencedor. Hay que feclitarles. 

Nacho Azparren (La nueva España) y web oficial del Real Oviedo

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