Foto: La nueva España |
UD San Sebastián de Los Reyes: Miguel Ángel; Saúl, Javi González, Vaquero, Castañera; Vázquez, Gibanel; Mena (Torres, minuto 69), Moncho, Ismael (Javi Vicente, minuto 57); y David Sanz (Bidari, minuto 80)
Real Oviedo: Dani Barrio; Owona (Oscar Martínez, minuto 75), Mantovani, Baquero, Javi Cantero; Casares (Iván Rubio, minuto 69), Aitor Sanz, Cerrajería, Aquino (Iker Alegre, minuto 57); Cervero y Manu Busto
Árbitro: Ripoll Solano (Baleares). Amarilla al local Saúl y a los visitantes Aitor Sanz, Mantovani y Oscar Martínez. Expulsó por doble amonestación a Cerrajería en el minuto 90.
Goles: 1-0, minuto 24: Ismael; 1-1, minuto 28: Cervero; 2-1, minuto 30: Gibanel; 2-2, minuto 44. Cerrajería; 3-2, minuto 74: Javi Vicente
Incidencias: Nuevo Matapiñonera, 1.000 espectadores.
Real Oviedo: Dani Barrio; Owona (Oscar Martínez, minuto 75), Mantovani, Baquero, Javi Cantero; Casares (Iván Rubio, minuto 69), Aitor Sanz, Cerrajería, Aquino (Iker Alegre, minuto 57); Cervero y Manu Busto
Árbitro: Ripoll Solano (Baleares). Amarilla al local Saúl y a los visitantes Aitor Sanz, Mantovani y Oscar Martínez. Expulsó por doble amonestación a Cerrajería en el minuto 90.
Goles: 1-0, minuto 24: Ismael; 1-1, minuto 28: Cervero; 2-1, minuto 30: Gibanel; 2-2, minuto 44. Cerrajería; 3-2, minuto 74: Javi Vicente
Incidencias: Nuevo Matapiñonera, 1.000 espectadores.
Ya de por sí el nombre, Matapiñonera, intimida. Recordando antecedentes, el asunto parece más serio. La primera derrota de la temporada tenía que llegar en un campo así, uno de esos escenarios en los que el aficionado oviedista aprovecha para echar cuentas del tiempo que lleva alejado de la élite. Nueve años ya por estos parajes. Los azules eligieron un césped con nefasto recuerdo para sufrir el primer traspié. Mejor catalogarlo como accidente que caer en el tremendismo propio de los últimos años: la salud de los oviedistas lo agradecerá.
El
3-2 final refleja que el Oviedo fue inferior a un rival que siempre
estuvo más cómodo sobre el terreno de juego. Como si el césped
irregular, el piso excesivamente duro o el bote impredecible estuvieran
en la predicción del día. El Sanse sintió un ambiente más familiar en un
partido cargado de errores.
La tercera jornada de Liga parece un
buen momento para anotar defectos que corregir. Sobreponerse a las
condiciones negativas con celeridad debe ser uno de ellos. El Oviedo
tardó demasiado en cogerle el truco al choque. Y cuando lo hizo ya iba
por detrás en el marcador. Ismael le puso la firma al primer jaleo
defensivo de la tarde. El balón centrado desde la izquierda del ataque
local llegó manso, leve, al corazón del área. Ismael tuvo tiempo de
controlar, colocarse y hasta sonreír a las cámaras antes de batir a
Barrio por arriba. Tocaba levantarse del primer mazazo de la temporada.
El
gol del empate se convirtió en un homenaje a la tenacidad. A estas
alturas es bien sabido que la velocidad no es el don más preciado de
Diego Cervero. Por eso cuando el balón pellizcado por Manu Busto llegó a
la espalda de los centrales, la jugada se había convertido en asusto
personal para el ovetense: el hombre contra la física. Con ventaja
manifiesta para el portero local, Diego optó por ir al suelo en un
recurso más propio del más aguerrido defensor. Ganó el duelo y anotó a
puerta vacía. La celebración compitió en espectacularidad con la jugada:
gesto propiedad intelectual de Michu, salto al vacío y cabezazos contra
el césped. Escena coherente para un chico que si no estuviera en el
césped se le podría encontrar con una bengala en la grada.
La pena para los azules fue que la onda expansiva del gol de Cervero -el
número 100 de su carrera- apenas tuvo radio de acción. Un minuto
después Gibanel volvía a adelantar al Sanse. En un saque de esquina, una
de esas jugadas que tanto escuece a los técnicos. La fortaleza
defensiva demostrada por los azules en los tres primeros duelo de la
campaña desapareció ante el embrujo de Matapiñonera.
El Oviedo se
sintió entonces en la obligación de ir con decisión a por el gol.
Achuchó lo suyo durante los minutos finales de la primera mitad, hasta
aprovechar la presencia en el área contraria. Cerrajería cabeceó a la
red un centro de Busto desde la derecha. La igualdad de fallos
defensivos se tradujo en tablas al descanso, un mal menor para el Oviedo
atendiendo a los méritos generales de los primeros 45 minutos. La
segunda mitad no fue tan trepidante. El Sanse acogió con gusto el papel
de víctima. El Oviedo, apoyado por la clasificación, la historia o el
ánimo de la grada debía llevar el peso. Y así lo intentó. Sin embargo,
apenas se constataron grietas en el muro defensivo local. Un disparo de
Aquino en el rechace de un saque de esquina fue lo más parecido a una
ocasión de los de Sarriugarte.
El técnico vasco decidió mover el
banquillo buscando algo nuevo: chispa, oxígeno, propuestas diferentes.
Íker Alegre debutó en partido oficial con el Oviedo en la banda
izquierda, e Iván Rubio le dio réplica en la derecha. El Sanse, a gusto
en su guarida, no dio motivos para temerle en ataque.
Que el
partido sería una cuestión de errores quedó demostrado en la primera
mitad. En Segunda B un alto porcentaje de encuentros se resuelve por
detalles nimios, sin apenas importancia. Una mota de nieve puede
convertirse a la larga en un alud. Un saque de banda, un bote peligroso y
un control defectuoso pueden sentenciar un partido. El penalti señalado
por el árbitro en el control de Cerrajería fue airadamente protestado
por el vasco. Dio igual, el colegiado ya había decidido. Javi Vicente,
recién ingresado en el campo y que en la primera jornada había errado
una pena máxima contra el Marino, recuperó la fe desde los once metros
batiendo a Dani Barrio.
El tercer mazazo parecía conllevar una
nueva muestra de orgullo azul, pero no hubo tercera parte. El gol secó
al Oviedo, lo aturdió en exceso y fortaleció la fe de los locales. Óscar
Martínez entró en el campo por Owona para sumar motivos ofensivos. El
gallego y Cervero estuvieron más lucidos entonces en el choque frontal
que en sus efectos secundarios. El Oviedo apenas olió las segundas
jugadas cercanas al área del Sanse.
Quizás el defecto más
criticable de los azules llegó en estos minutos finales. Los errores en
la zaga parecen subsanables, pero la falta de ideas con el balón es un
asunto más serio. Los últimos quince minutos del partido recordaron a
tiempos pasados, en la peor de sus versiones: balones largos, frontales,
invitaciones para el lucimiento de una defensa bien plantada.
Los
locales cerraron el camino con cinco defensas pretorianos y el Oviedo
apenas inquietó. El árbitro hizo empeorar el panorama para los azules
con la expulsión de Cerrajería en una jugada sin chicha en los minutos
finales.
Las imágenes vividas en Matapiñonera hace cuatro meses
en el final de la etapa Pacheta invitan a la tragedia. La memoria,
frágil por naturaleza, suele carburar mejor con las malas experiencias,
pero lo de ayer no llega al rango de pesadilla. Si acaso, un mal sueño.
Esta vez no hubo lágrimas ni gritos de desesperación, el camino es
suficientemente largo como para llevarse ya las manos a la cabeza. Los
seis puntos sumados en el inicio dan margen de confianza. La Copa, el
miércoles, supone la mejor excusa posible para olvidarse rápido de
Matapiñonera, postal de imborrable recuerdo en la memoria azul, al menos
en la sección de disgustos.
Al termino del partido el entrenador azul Felix Sarriugarte realizó las siguientes delcaraciones:
¿Qué valoración hace del partido de esta tarde?
Quiero comenzar la rueda de prensa felicitando al San Sebastián de Los Reyes por su victoria de esta tarde. Nos ha creado dificultades con su juego y nosotros no hemos estado bien a pesar de haber conseguido igualar el marcador en dos ocasiones. Nos ha sido imposible puntuar.
El equipo había mostrado una solidez defensiva en los dos encuentros anteriores, pero hoy ha encajado tres goles
Sí, hemos encajado tres goles y eso quiere decir que hay cosas que mejorar en ese aspecto. También es verdad que marcando dos goles fuera de casa puedes pensar en sacar un resultado positivo, pero hoy se ha visto que no fue posible.
Una lectura positiva es que si el equipo tiene que perder para corregir los errores, vale más que sea en el inicio de Liga
Una lectura positiva es que si el equipo tiene que perder para corregir los errores, vale más que sea en el inicio de Liga
Estamos empezando la Liga, pero perder no reconforta nunca. No nos marchamos contentos para Oviedo porque hoy pudimos haberlo hecho mejor, pero hay que comenzar a pensar en la eliminatoria de Copa del Rey del miércoles.
Tras encajar el tercer gol, el equipo quizá no tuvo mucha fluidez en el juego
Sí, aunque tampoco acompañaba ni el día ni el campo. No hemos encontrado la posibilidad de jugar y hemos tenido que recurrir a balones diagonales. En ese aspecto no hemos podido superarles.
Tendrán que reponerse pronto del revés de esta tarde porque el miércoles tienen eliminatoria de Copa del Rey
Nosotros afrontamos cada rival en su momento y hasta mañana, lunes, estaremos un poco doloridos por la derrota en San Sebastián de Los Reyes.
¿Qué opinión le merece la jugada del tercer gol local?
Sí lo ha pitado es porque lo ha visto.
Para acabar, ¿qué le ha parecido el conjunto local?
El San Sebastián de Los Reyes ha hecho su partido y es justo vencedor. Hay que feclitarles.
Nacho Azparren (La nueva España) y web oficial del Real Oviedo
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