domingo, 25 de agosto de 2013

Positivo estreno del Real Oviedo

Foto: Hugo Alvarez
Burgos CF: Alex Ruiz; Andrés, Héctor, Gallardo, Dani Guillén; Moke, Cerrajeria, Sergio Torres (Gabri, minuto 49); Carralero, Yurrebaso (Arkaitz, minuto 60) y Joaqui (Gerica, minuto 60)

Real Oviedo: Orlando Quintana; David Alba, Pardo, David Fernández, Sergio Rodríguez; Susaeta (Señé, minuto 74), Iván Rubio, Héctor Simón, Eneko (Sergio García, minuto 67); Alain y Diego Cervero

Árbitro: Velasco Arbaiza (comité Vasco). Amarilla a los burgaleses Andrés, Gallardo, Carralero y Cerrajeria, y a los oviedistas Pardo y Sergio Rodríguez.

Goles: 0-1, minuto 5: Cervero; 0-2, minuto 8: Cervero; 1-2, minuto 66: Cerrajeria.

Incidencias: El Plantío, 3.000 espectadores.

Los fantasmas del pasado regresaron ayer en El Plantío. El Real Oviedo, que fue muy superior al Burgos, se olvidó de cerrar el partido y acabó pasando apuros en el tramo final del choque. Más por la posibilidad de regresar sin la victoria que por las opciones locales de conseguir el segundo tanto que fueron escasas. De hecho, el tanto local llegó en la única ocasión clara que tuvo el cuadro de Calderé en todo el encuentro.

No hubo lugar para las sorpresas en el primer once inicial del campeonato liguero. Granero hizo buenas las apuestas y apostó por no realizar experimentos. Orlando se quedó con la portería en su poder y David Alba, Pardo, David Fernández y Sergio Rodríguez actuaron como línea defensiva. La pareja de organizadores correspondió a los dos únicos citados, Héctor Simón e Iván Rubio. Quizás la única duda residía en la banda derecha de la creación y el técnico valenciano optó por la opción de Susaeta con Alain y Eneko acompañándole en el llamado tridente. Cervero actuó como delantero y goleador de la tarde.

Las buenas referencias de la pretemporada se plasmaron en el arranque del partido en el vetusto estadio burgalés. El Oviedo fue el dueño y señor del esférico, apostando por el juego combinativo y el balón jugado desde la defensa. El pelotazo como recurso desapareció casi por completo de la apuesta carbayona para el primer envite liguero.

Con el Burgos desarbolado por la bandas era cuestión de tiempo que se inaugurase el marcador. Fue a los cinco minutos cuando ocurrió. Eneko realizaba una estupenda internada por la izquierda que finalizó con un medido centro a Cervero que colocó el balón donde Álex Ruiz no pudo llegar. 0-1 y mandando, la tarde prometía para los intereses asturianos. El capitán lo celebró con los aficionados azules con un gesto: juntó sus muñecas, como si estuviera esposado, para denunciar la situación del padre de un amigo condenado por un vertido de purines.

No tardó en llegar el segundo. Tras un penalti por presuntas manos de Andrés en el área local, Cervero no falló desde los once metros. El ariete continúa con su racha de penas máximas. Sólo ha marrado uno en toda su trayectoria como jugador senior.

Con el marcador con un contundente 0-2 en menos de diez minutos y lejos de aminalarse, el Oviedo siguió mandando y se mostró como un cuadro ambicioso en la búsqueda de la portería contraria. El Burgos, que se dejó ver como un equipo endeble, era incapaz de cortar las acometidas ovetenses. Aunque sin ocasiones claras hasta el descanso, los jugadores de Granero demostraron haber adquirido los conceptos explicados desde el arranque del trabajo de la presente campaña. Quizás en lo único que los locales fueron superiores fue en la gestión de los fueras de juego en los que se encontraron los atacantes azules.

El paso por el vestuario no influyó en la dinámica del encuentro. El Oviedo volvió a salir con las mismas cartas de la velocidad y la combinación como máximos exponentes y la falta de puntería evitó que el marcador resultase escandaloso. Entre las innumerables ocasiones azules destacan el zapatazo al larguero de Susaeta a los once minutos de la reanudación y que terminó con un remate de cabeza de Cervero que se marchó fuera por poco.

El mismo delantero azul tuvo en sus botas la oportunidad de ampliar su cuenta personal. En una de esas ocasiones que no se suelen marrar, Cervero acabó por estrellar el balón en el poste izquierdo de la portería rival.

Pero el fútbol tiene esos pequeños detalles que pueden cambiar los partidos y, en el Oviedo, pasa porque casi siempre le encaje un gol un exoviedista. En esta ocasión fue Galder Cerrajería quien colocó el 1-2 a falta de poco más de veinte minutos para el final. Un desajuste de la zona defensiva carbayona, que firmó con nota el encuentro, provocó que el equipo de Calderé albergase opciones de quedarse con algún punto.

El Oviedo, que por momentos pareció fuera del partido, no recibió acciones de peligro en el tramo final pese al juego directo que empleó en los últimos instantes el conjunto castellano. Precisamente Granero decidió terminar el choque con tres centrales tras dar entrada a Javi Hernández en el lugar de Alain. Previamente, Sergio García había sustituido a Eneko y Josep Señé a Néstor Susaeta.

El pitido final sirvió como alivio para un cuadro azul que ofreció una imagen ilusionante y que ya ha presentado sus credenciales como máximo favorito a conseguir el título liguero, circunstancia absolutamente primordial a la hora de afrontar con ventaja las eliminatorias de ascenso a la Segunda División.

Los azules volverán a jugar de sábado en la segunda jornada liguera. Será a las 20 horas y en el Carlos Tartiere ante un Noja cántabro que llegará al municipal asturiano cargado de exjugadores del equipo de la capital asturiana.
 

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