Foto: Diario Marca |
En Zamora se reencontró con el apoyo de su público. Como tantas veces esta temporada, daba la sensación de que el Oviedo jugaba como local. La grada coreó su nombre y el ariete recuperó la sensación de ser uno de los jugadores clave para la afición. Esta vez parece que sí, que su soñado ascenso está más cerca. A sus 31 años, no le quedan muchas más balas en la recámara y él lo sabe.
“Llevo 18 años en el Oviedo, desde que entré con 10. Mi sueño era llegar a la Liga de Fútbol Profesional y jugar un derbi oficial. Es mi último tren y para eso estamos luchando. Ojalá se consiga. La vida está para conseguir sueños y el mío es este”, resume Cervero.
“Llevo 18 años en el Oviedo, desde que entré con 10. Mi sueño era llegar a la Liga de Fútbol Profesional y jugar un derbi oficial. Es mi último tren y para eso estamos luchando. Ojalá se consiga. La vida está para conseguir sueños y el mío es este”, resume Cervero.
Sonríe cuando se le insinúa que el final de ese sueño está en jugar Primera, pero prefiere ser prudente. En su cabeza ahora mismo está ya dando vueltas la eliminatoria decisiva: “nos lo vamos a jugar contra un equipo que nos lo va a poner muy difícil, ya que entre los clubes que queden primeros hay mucho nivel. Se trata de históricos con pasado en Segunda y en Primera. Además, en la ciudad hay mucha pasión, se palpa el ambiente”.
“Hay grandes equipos como el Cádiz, Nàstic o Huesca que van primeros. No creo que estemos ya en Segunda ni muchísimo menos”, subraya. Tenerlo tan cerca muchas veces puede hacer crecer, no sólo la euforia, sino también la ansiedad. No para Diego Cervero: “para nada. Llevamos 12 años fuera del fútbol profesional y para nosotros eso sí que fue una losa. La afición renovando el abono cada año. Sobre todo, la temporada pasada, donde teníamos grandes expectativas de quedar primeros y, al final, no fuimos capaces”, finaliza.
“Hay grandes equipos como el Cádiz, Nàstic o Huesca que van primeros. No creo que estemos ya en Segunda ni muchísimo menos”, subraya. Tenerlo tan cerca muchas veces puede hacer crecer, no sólo la euforia, sino también la ansiedad. No para Diego Cervero: “para nada. Llevamos 12 años fuera del fútbol profesional y para nosotros eso sí que fue una losa. La afición renovando el abono cada año. Sobre todo, la temporada pasada, donde teníamos grandes expectativas de quedar primeros y, al final, no fuimos capaces”, finaliza.
En
Zamora se reencontró con el apoyo de su público. Como tantas veces esta
temporada, daba la sensación de que el Oviedo jugaba como local. La
grada coreó su nombre y el ariete recuperó la sensación de ser uno de
los jugadores clave para la afición. Esta vez parece que sí, que su
soñado ascenso está más cerca. A sus 31 años, no le quedan muchas más
balas en la recámara y él lo sabe.
En
Zamora se reencontró con el apoyo de su público. Como tantas veces esta
temporada, daba la sensación de que el Oviedo jugaba como local. La
grada coreó su nombre y el ariete recuperó la sensación de ser uno de
los jugadores clave para la afición. Esta vez parece que sí, que su
soñado ascenso está más cerca. A sus 31 años, no le quedan muchas más
balas en la recámara y él lo sabe.
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Zamora se reencontró con el apoyo de su público. Como tantas veces esta
temporada, daba la sensación de que el Oviedo jugaba como local. La
grada coreó su nombre y el ariete recuperó la sensación de ser uno de
los jugadores clave para la afición. Esta vez parece que sí, que su
soñado ascenso está más cerca. A sus 31 años, no le quedan muchas más
balas en la recámara y él lo sabe.
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