Llegó el día. Tres semanas antes de la fecha establecida por el
calendario, el Oviedo empieza el «play-off». O al menos algo que se le
parece mucho. Los frecuentes tropiezos sin aparente explicación de los
azules a lo largo de la temporada tienen una carga añadida: el conjunto
de Pacheta deberá sacar algo positivo del Heliodoro Rodríguez López
(13.00 horas, TPA) si quiere seguir con opciones de ascender a Segunda.
Como si una ronda extra del «play-off» se tratara, el Oviedo se juega
esta tarde algo más que tres puntos: se juega seguir con vida en una
temporada extraña, en consonancia con la última etapa del club.
Al
menos, el aspecto anímico está a salvo. En la montaña rusa de emociones
que gobierna el destino del Oviedo, esta semana toca lucir sonrisa en
la cara. La victoria del pasado domingo ante el Castilla, incontestable
campeón de grupo simplemente por hacer de la regularidad su seña de
identidad, impulsó tanto el ánimo oviedista como los tropiezos de
Tenerife y Albacete (únicos objetivos al alcance tras la victoria del
Lugo en el partido aplazado de esta semana, que le aleja hasta los cinco
puntos). El oviedismo vio una rendija para la esperanza y, como es
habitual, lo convirtió en un boquete más grande que el Negrón.
Se
juegan tanto ambos equipos en el envite de hoy que se concede poco
espacio a los recuerdos. Que Tenerife y Oviedo se jueguen el pan en
Segunda B suena a castigo despiadado. Muchas cosas mal han tenido que
hacer para que se produzca este duelo. No hace tanto que los
chicharreros portaban su nombre con orgullo por Europa. El despliegue
del Tenerife en el panorama nacional llegó más o menos con el comienzo
del fin para los carbayones. Descartando la casualidad, algunos señalan
el traspaso de Jokanovic como clave en el cambio de dinámica. No les
falta razón.
El Oviedo llega a la cita a tope en lo
anímico, pero no tanto en lo físico. A la baja ya suficientemente
llorada de Xavi Moré y los problemas de Candela se unen ahora las del
sancionado Álvaro Cuello y el lesionado Óscar Martínez, dos jugadores
que forman el teórico equipo inicial azul en el tramo final de la
campaña. Además, Teo tampoco llegará a tiempo por las molestias que ha
arrastrado en los últimos días. Pacheta lo ha dejado claro: quien no
esté al cien por ciento se queda en casa.
El técnico
declaró esta semana no tener las cosas claras respecto al once. La
importancia del choque le llevó incluso a variar su rutina. El jueves no
hubo el habitual partidillo donde constatar por dónde irán los tiros y
ayer se entrenó a puerta cerrada en el Tartiere. Antes, el miércoles, el
burgalés pidió ejercitarse sobre un terreno de juego seco, en previsión
de lo que pueda ocurrir en Santa Cruz. Como hay pocas cosas
calculables, las previsiones dicen que puede llover a la hora del
partido.
El técnico ha preferido esconder sus cartas. Para
el lateral, las opciones se multiplican. Nano parecía la opción más
segura atendiendo a los precedentes de esta temporada, pero Pacheta
admite tener alguna otra idea en la cabeza. No sería descabellado que
Juanpa ocupara el lateral izquierdo y Nano mantuviera su posición en el
centro del campo. Arriba, parece que Busto será el acompañante de
Martins.
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