Foto: Felix Morquecho |
El Real Oviedo jugará, de nuevo, la próxima temporada en Segunda B. Ayer se despidió del 'play off' de ascenso al volver a caer ante el Eibar, esta vez en Ipurúa (1-0), en un duelo en el que a los hombres de Granero les faltaron argumentos futbolísticos. El sueño del ascenso deberá esperar, pues, para el conjunto azul, que no pudo levantar la losa del 1-2 cosechado una semana antes en el Tartiere.
El técnico oviedista cambió ayer la forma de jugar del equipo y los hombres de su once. Todo lo contrario que el Eibar, que repitió la alineación del Carlos Tartiere. Carlos Granero optó por el trivote con la incorporación de Cerrajería y Señé en sustitución de Héctor Simón y Manu Busto. El entrenador buscaba dominar, de inicio, el centro del campo y contar con más físico y reservar a Manu Busto para la segunda mitad.
La salida del conjunto armero sorprendió al Oviedo en el inicio del encuentro. De hecho, tuvo diez minutos a los azules encerrados en su campo y dispuso de un par de lanzamientos de esquina con mucho peligro. La ocasión más clara se produjo tras un rechace en un saque de esquina, cuando Capa remató al larguero de la portería de Orlando Quintana.
Tras el susto, el conjunto azul se rehizo un poco y comenzó a poder estirarse. El balón, en la mayor parte de las ocasiones, acababa en la cabeza de Cervero, pero sus 'peinadas' no encontraban casi nunca a un compañero.
Los azules, sin ser capaces de combinar en el centro del campo ni de lograr tener posesión del balón, iban, poco a poco ganando metros y comenzando a crear algunas acercamientos peligrosos a la portería de Irureta.
La más clara de ellas llegó en una acción de Señé al borde del área. Tras recortar a un contrario, disparó ajustado al poste, pero el guardameta Irureta respondió con una buena intervención. Ese tipo de acciones iban dando aire a un Oviedo obligado a tomar la iniciativa, mientras que el Eibar aprovechaba que el cronómetro corría a su favor y, sin encerrarse, estaba cómodo en el partido.
El conjunto local aprovechaba cada acción a balón parado -saques de banda, de esquina o faltas en cualquier parte del campo- para intentar mediante estrategias crear peligro. La fase final de la primera mitad se vivió igualada y se desarrolló en el centro del campo, entre balones a la cabeza de Cervero e intentos del Eibar de ganar la espalda a los defensores azules, aprovechándose de que estaban adelantados en algunas acciones. El Real Oviedo no encontró juego por las bandas, donde ni Casares ni Xavi Moré eran capaces de desbordar y poner balones al área.
Los minutos iniciales de la segunda mitad fueron para el Oviedo por medio de un par de acciones de Señé y Casares. En el caso del último, su disparo, con Cervero en buena posición para el remate, salió alto. Al igual que en el partido de ida, el técnico Garitano introdujo cambios en busca de velocidad y de aprovechar que el Oviedo seguía teniendo que atacar. Por su parte, Granero cambió a Cerrajería por Héctor Simón, mientras que Manu Busto entró por Señé. El cántabro cayó a la izquierda, mientras que Casares pasó a la media punta.
Cumplida la hora de partido, las prisas comenzaban a acechar a los azules, que no acababan de encontrar el camino para crear peligro. Los de Granero no podían combinar por el centro, ni por las bandas. Otra vez los balones a la cabeza de Cervero se convertían en el único recurso y ese lo tenía controlado el Eibar al colocar a dos hombres sobre él. Además, las que ganaba seguían sin ser para sus compañeros.
El Eibar comenzó entonces a aprovechar que el Oviedo se rompía en el centro para tener el balón y volver a acercarse a la portería de Orlando Quintana. Y cada vez con más peligro. Un cabezazo de Yuri tras un saque de esquina se estrelló en el poste en lo que pudo ser la sentencia de la eliminatoria.
Granero se la jugó dando entrada a Pepe Díaz por un lesionado Mantovani. Pero la mejor disposición de los locales tuvo su recompensa a los 78 minutos. Una jugada por la derecha la envió al fondo de la red Guille Roldán. No sólo eso, sino que, pocos minutos después, Orlando Quintana salvó el 2-0 en un mano a mano con David Mainz.
Los minutos finales fueron un querer y no poder del Oviedo que moría en la orilla. Una y otra vez. Y que se despide otra vez del sueño de jugar la próxima temporada en Segunda División.
Granero: «Si el proyecto es para ser primeros, para ascender, me gustaría seguir»
«El equipo lo ha dejado todo. Lo hemos intentado, pero no hemos podido. Hemos sido más intensos, pero no lo suficiente para darle a la gente lo que quería». Lo demostraba la tristeza de un rostro, el del técnico Carlos Granero, afectado, triste, en su aparición ante los medios de comunicación. «Ha sido un partido típico de Ipurúa. Había un equipo que sabe a que juega, que te lleva al límite. Es difícil bajar el balón, combinar, cada disputa se convierte en una pelea a muerte, hay que ir con todo...», explicó el valenciano. «Sabíamos que iba a ser así. Lo hemos intentado de varias maneras, lo sentimos pero no ha podido ser», insistió el míster.
«No creo que se pueda reprochar nada a nuestro equipo. Están mal, pero es lógico», dijo Granero, que afirmó que «queríamos acumular gente por delante de la pelota y no era la solución porque, si te desordenas, ellos también saben jugar esos partidos y te penaliza algún error».
Durante su presencia en la sala de prensa, Granero también fue interrogado sobre su continuidad. «Yo estoy bien. No voy a defender mi trabajo. Esa pregunta será más para el consejo», afirmó, al tiempo que hizo hincapié en que «si el proyecto es para ser primeros, para ascender, me gustaría seguir». Y, sobre la pretemporada, explicó que «se tiene que cerrar ya conmigo o sin mí. No se puede perder el tiempo. Sé que el club ha estado trabajando en las últimas semanas».
«No creo que se pueda reprochar nada a nuestro equipo. Están mal, pero es lógico», dijo Granero, que afirmó que «queríamos acumular gente por delante de la pelota y no era la solución porque, si te desordenas, ellos también saben jugar esos partidos y te penaliza algún error».
Durante su presencia en la sala de prensa, Granero también fue interrogado sobre su continuidad. «Yo estoy bien. No voy a defender mi trabajo. Esa pregunta será más para el consejo», afirmó, al tiempo que hizo hincapié en que «si el proyecto es para ser primeros, para ascender, me gustaría seguir». Y, sobre la pretemporada, explicó que «se tiene que cerrar ya conmigo o sin mí. No se puede perder el tiempo. Sé que el club ha estado trabajando en las últimas semanas».
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