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| Foto: Luisma Murias |
Albacete Balompié: Campos; Alba, Noguerol, Nuñez, Gil; Tete (Samu, minuto 76), Rocha (Martins, minuto 82), Ortiz, Jorge Díaz; Sergio Molina (Victor Curto, minuto 58) y Calle
Real Oviedo: Orlando Quintana; David Fernández, Mantovani, Baquero, Álvaro; Moré (Fran Sol, minuto 82), Aitor Sanz, Héctor Simón, Casares (Iván Rubio, minuto 84); Manu Busto (Señé, minuto 67) y Cervero
Árbitro: Munuera Montero (Andalucia). Amarilla al local Nuñez y a los visitantes David Fernández, Mantovani y Fran Sol.
Goles: 1-0, minuto 51: Calle; 1-1, minuto 56: Manu Busto; 2-1, minuto 69: Calle
Real Oviedo: Orlando Quintana; David Fernández, Mantovani, Baquero, Álvaro; Moré (Fran Sol, minuto 82), Aitor Sanz, Héctor Simón, Casares (Iván Rubio, minuto 84); Manu Busto (Señé, minuto 67) y Cervero
Árbitro: Munuera Montero (Andalucia). Amarilla al local Nuñez y a los visitantes David Fernández, Mantovani y Fran Sol.
Goles: 1-0, minuto 51: Calle; 1-1, minuto 56: Manu Busto; 2-1, minuto 69: Calle
Climatologia: cielo despejado y 25.2ºC
Incidencias: Carlos Belmonte, 10.000 espectadores
El Real Oviedo sigue adelante en el 'play off' de ascenso pese a la derrota (2-1) de ayer contra el Albacete en tierras manchegas. Fue un encuentro agónico, en el que una de las claves fue la rapidez con la que el conjunto azul empató tras encajar el primer gol. El tanto de Manu Busto y el 1-0 de la ida fueron suficientes para que el equipo de Carlos Granero siga soñando. Ahora, en la próxima eliminatoria, el rival será el Eibar.
El conjunto azul saltó al terreno de juego con los mismos jugadores que se impusieron en el partido de ida en el Carlos Tartiere, tal y como estaba previsto durante toda la semana. De los 18 jugadores que el técnico desplazó a Albacete, se cayeron de la convocatoria Jandro y Casares y se quedaron, inicialmente, en el banquillo Dani Barrio, Owona, Señé, Iván Rubio y Fran Sol.
En el Albacete, por su parte, hubo dos novedades en la alineación, en la que no aparecieron Víctor Curto y Adriá, lesionado, mientras que entraron en el equipo Tete y Sergio Molina.
El equipo manchego salió a por el partido desde el primer minuto y encerró al Oviedo en su área, de la que apenas encontraba manera de salir. El juego de Tete por la derecha del ataque azul se convirtió en una pesadilla para Álvaro, que tenía demasiados problemas para frenarle. Además, el conjunto azul no encontraba la forma de tener posesiones de balón largas y sufría muchos problemas para que Héctor Simón y Aitor Sanz fueran capaces de conectar con Manu Busto y con los jugadores de las bandas.
Así las cosas, las oportunidades de gol comenzaron a llegar para los manchegos, que merodeaban la portería de Orlando Quintana. Fue precisamente una indecisión del portero en una salida la que permitió a Tete tener la primera ocasión del encuentro, pero no acertó a disparar. Poco después, el propio Tete puso un balón desde el fondo que se paseó por el área sin encontrar rematador.
El equipo de Granero se comenzaba a mostrar nervioso y dubitativo y eso animaba al Albacete en la búsqueda del gol que empatara la eliminatoria. Una indecisión de la zaga azul, con error de Mantovani, propició la mejor ocasión de los locales, pero Sergio Molina lanzó por encima de la portería de Orlando Quintana desde una posición inmejorable. Un nuevo disparo alto de Tete dio paso a un periodo de respiro de los azules. Un chut lejano de Héctor Simón fue la primera aproximación a la portería manchega de los azules.
El Real Oviedo comenzó a tener algo más el balón y el Albacete fue cejando en su empeño de llegar a la portería visitante. Héctor Simón y Aitor Sanz disfrutaban más el balón en su poder y comenzaban a encontrar a Casares y Xavi Moré, que pusieron un par de buenos centros que no encontraron rematador.
El trabajo en la zona de salida de balón del Albacete realizado por los ovetenses daba sus frutos y las pérdidas de balón de los locales eran cada vez más lejos del área, con lo que el partido empezó a ser más cómodo para el Oviedo.
Sin embargo, el equipo de Granero seguía teniendo un problema, que era lo poco que entraba en juego Manu Busto y las dificultades de Cervero para recibir y jugar los balones largos que el equipo azul mandaba al área.
En los minutos finales de la primera mitad, el Real Oviedo dispuso de dos aproximaciones con cierto peligro al área manchega. Primero fue en un disparo lejano de Héctor Simón que Campos no tuvo problemas para detener. Luego, Cervero, en un rechace que le cayó en el borde del área, tampoco acertó a rematar.
El pitido del árbitro que señalaba el final del primer tiempo fue un respiro para los cerca de 2.400 aficionados azules que sufrieron mucho, en especial en el primer cuarto de hora de partido. El Oviedo había logrado el objetivo de mantener su portería a cero aunque con algunos apuros.
El segundo tiempo empezó como el primero. El Albacete salió a buscar el gol, pero en esta ocasión lo logró. El Real Oviedo inició una contra por medio de Casares, que perdió el balón en el centro del campo. La jugada acabó en saque de esquina y, en el lanzamiento del mismo, Calle se adelantó a la defensa y cabeceó al fondo de la red.
Con la eliminatoria igualada, el Oviedo no acusó el golpe, ya que, solo tres minutos después, Manu Busto igualaba el encuentro. Casares se internó por la izquierda y pasó a Manu Busto, que al borde del área recortó y lanzó ajustado al poste derecho de la portería de Campos, que no pudo llegar.
En solo tres minutos, el conjunto azul pasó de ver cómo se le complicaba la eliminatoria a ver cómo la tenía más de cara, ya que los manchegos volvían a necesitar dos goles para remontar. Sin embargo, y tras unos minutos en los que el Oviedo parecía tener contra las cuerdas al Albacete y dispuso de un par de ocasiones para sentenciar, llegó el segundo gol de los locales y de nuevo el sufrimiento para los azules. Mantovani derribó a Jorge Díaz y el árbitro señaló penalti. El lanzamiento lo transformó Calle con un disparo ajustado al poste que Orlando Quintana adivinó pero no alcanzó.
El Oviedo tuvo una internada de Señé y un remate de cabeza de Cervero para igualar el encuentro, pero ninguno de los dos acertó. También la dispuso Jorge Díaz en una contra a la que Orlando respondió con una gran intervención. En el saque de esquina posterior, Víctor Curto remató fuera.
Los minutos finales fueron de agonía para los azules que al final con sufrimiento siguen adelante en la fase de ascenso.
El conjunto azul saltó al terreno de juego con los mismos jugadores que se impusieron en el partido de ida en el Carlos Tartiere, tal y como estaba previsto durante toda la semana. De los 18 jugadores que el técnico desplazó a Albacete, se cayeron de la convocatoria Jandro y Casares y se quedaron, inicialmente, en el banquillo Dani Barrio, Owona, Señé, Iván Rubio y Fran Sol.
En el Albacete, por su parte, hubo dos novedades en la alineación, en la que no aparecieron Víctor Curto y Adriá, lesionado, mientras que entraron en el equipo Tete y Sergio Molina.
El equipo manchego salió a por el partido desde el primer minuto y encerró al Oviedo en su área, de la que apenas encontraba manera de salir. El juego de Tete por la derecha del ataque azul se convirtió en una pesadilla para Álvaro, que tenía demasiados problemas para frenarle. Además, el conjunto azul no encontraba la forma de tener posesiones de balón largas y sufría muchos problemas para que Héctor Simón y Aitor Sanz fueran capaces de conectar con Manu Busto y con los jugadores de las bandas.
Así las cosas, las oportunidades de gol comenzaron a llegar para los manchegos, que merodeaban la portería de Orlando Quintana. Fue precisamente una indecisión del portero en una salida la que permitió a Tete tener la primera ocasión del encuentro, pero no acertó a disparar. Poco después, el propio Tete puso un balón desde el fondo que se paseó por el área sin encontrar rematador.
El equipo de Granero se comenzaba a mostrar nervioso y dubitativo y eso animaba al Albacete en la búsqueda del gol que empatara la eliminatoria. Una indecisión de la zaga azul, con error de Mantovani, propició la mejor ocasión de los locales, pero Sergio Molina lanzó por encima de la portería de Orlando Quintana desde una posición inmejorable. Un nuevo disparo alto de Tete dio paso a un periodo de respiro de los azules. Un chut lejano de Héctor Simón fue la primera aproximación a la portería manchega de los azules.
El Real Oviedo comenzó a tener algo más el balón y el Albacete fue cejando en su empeño de llegar a la portería visitante. Héctor Simón y Aitor Sanz disfrutaban más el balón en su poder y comenzaban a encontrar a Casares y Xavi Moré, que pusieron un par de buenos centros que no encontraron rematador.
El trabajo en la zona de salida de balón del Albacete realizado por los ovetenses daba sus frutos y las pérdidas de balón de los locales eran cada vez más lejos del área, con lo que el partido empezó a ser más cómodo para el Oviedo.
Sin embargo, el equipo de Granero seguía teniendo un problema, que era lo poco que entraba en juego Manu Busto y las dificultades de Cervero para recibir y jugar los balones largos que el equipo azul mandaba al área.
En los minutos finales de la primera mitad, el Real Oviedo dispuso de dos aproximaciones con cierto peligro al área manchega. Primero fue en un disparo lejano de Héctor Simón que Campos no tuvo problemas para detener. Luego, Cervero, en un rechace que le cayó en el borde del área, tampoco acertó a rematar.
El pitido del árbitro que señalaba el final del primer tiempo fue un respiro para los cerca de 2.400 aficionados azules que sufrieron mucho, en especial en el primer cuarto de hora de partido. El Oviedo había logrado el objetivo de mantener su portería a cero aunque con algunos apuros.
El segundo tiempo empezó como el primero. El Albacete salió a buscar el gol, pero en esta ocasión lo logró. El Real Oviedo inició una contra por medio de Casares, que perdió el balón en el centro del campo. La jugada acabó en saque de esquina y, en el lanzamiento del mismo, Calle se adelantó a la defensa y cabeceó al fondo de la red.
Con la eliminatoria igualada, el Oviedo no acusó el golpe, ya que, solo tres minutos después, Manu Busto igualaba el encuentro. Casares se internó por la izquierda y pasó a Manu Busto, que al borde del área recortó y lanzó ajustado al poste derecho de la portería de Campos, que no pudo llegar.
En solo tres minutos, el conjunto azul pasó de ver cómo se le complicaba la eliminatoria a ver cómo la tenía más de cara, ya que los manchegos volvían a necesitar dos goles para remontar. Sin embargo, y tras unos minutos en los que el Oviedo parecía tener contra las cuerdas al Albacete y dispuso de un par de ocasiones para sentenciar, llegó el segundo gol de los locales y de nuevo el sufrimiento para los azules. Mantovani derribó a Jorge Díaz y el árbitro señaló penalti. El lanzamiento lo transformó Calle con un disparo ajustado al poste que Orlando Quintana adivinó pero no alcanzó.
El Oviedo tuvo una internada de Señé y un remate de cabeza de Cervero para igualar el encuentro, pero ninguno de los dos acertó. También la dispuso Jorge Díaz en una contra a la que Orlando respondió con una gran intervención. En el saque de esquina posterior, Víctor Curto remató fuera.
Los minutos finales fueron de agonía para los azules que al final con sufrimiento siguen adelante en la fase de ascenso.
Al termino del partido José Carlos Granero echó mano de su experiencia para explicar el encuentro y por eso no se sorprendió por los agobios pasados por su equipo: «¿Alguien pensaba que iba a ser de otra manera? Esto es sufrimiento, estado de ánimo cambiante, ser muy frío, cuidar los detalles, enfrente hay un gran equipo, una gran afición, un gran campo y yo lo esperaba así». El partido no pasará al recuerdo de nadie por su brillantez, «intensidad tuvo siempre, ha habido mucha tensión, mucha emoción y es complicadísimo tener calidad técnica».
Lo mejor es que los oviedistas supieron leer cada situación: «sabíamos que iba a ser cambiante, lo vi muy controlado», aunque hay aspectos inevitables y por eso el técnico reconoció que «las acciones a balón parado han metido al Albacete; y luego todo se simplifica. Quieres llegar por la vía rápida, acumularon jugadores arriba, pelotazos a la espalda de nuestros centrales... Era lo que tocaba hacer y supimos leer cada fase, no sufrimos en exceso».
Granero no quiso hablar del duelo con el Eibar -«puedo decir mucho pero dejad que disfrute»- y volvió a descubrirse ante el apoyo de sus seguidores: «es una pena tener que vernos en esta categoría, no es habitual que esto pase en Segunda B. A ver si somos capaces de estar a la altura de nuestra afición y de nuestro club».
Ramón Julio García / El Comercio
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