Foto: Ricardo Grobas |
Celta B: Rubén; Marcos Torres, Soto (Yhaylor, minuto 73), Antón, Maceira; Borja Domínguez, Javi Rey, Borja Fernández (Yelko, minuto 62); Fernán (Aitor, minuto 62), Borja Iglesias y Añón
Real Oviedo: Orlando Quintana; Alba, Pardo, Javi Hernández, Sergio Rodríguez; Sergio García (Susaeta, minuto 53), Salva Rivas, Iván Rubio, Annunziata (David Fernández, minuto 70); Alain (Eneko, minuto 75) y Cervero
Árbitro: Pizarro Gómez (comité madrileño). Amarilla a los locales Borja Iglesias, Javi Rey y Maceira, y a los visitantes Alain, Eneko e Iván Rubio. Expulsó por doble amonestación a Javi Hernández en el minuto 69.
Goles: 0-1, minuto 6: Alain; 1-1, minuto 13: Borja Iglesias; 1-2, minuto 55: Javi Hernández; 2-2, minuto 84: Aitor.
Incidencias: Municipal de Barreiro, 800 espectadores.
El once inicial del Real Oviedo sufría modificaciones obligadas por las lesiones. Orlando fue el sustituto de Pol en la portería y Sergio Rodríguez, el de Sergio García en el lateral zurdo. El único cambio por decisión táctica fue la entrada de Iván Rubio para acompañar a Salva Rivas en el doble pivote tras quedarse Héctor Simón en Oviedo por deseo de Granero.
Con la confianza que dan los resultados a domicilio, y al contrario de sus partidos como local, el Oviedo fue quien dispuso de la primera ocasión. Cervero tuvo en sus botas la ocasión para abrir la lata a los tres minutos, pero su envío lo desbarato Rubén. No tardaron los azules, en Vigo de naranja, en inaugurar el marcador.
Tras una buena presión en la banda izquierda y dos toques con la cabeza de Sergio Rodríguez y Cervero, el balón le cayó a Alain Arroyo. El bilbaíno se deshizo del defensa, en aparente falta que no indicó el colegiado, para poner el 0-1 en el marcador a los seis minutos.
Poco le duró la alegría al Real Oviedo, que veía cómo cinco minutos después llegaba el gol de la igualada y el comienzo de sus males. Añón recibía un balón solo en la izquierda que centraba para que Borja Iglesias rematase a placer. Empate a uno y dominio celtiña a partir de ese momento.
Los apuros defensivos comenzaron a ser la tónica que marcaría el resto de la primera mitad para el equipo oviedista. Los continuos desbordes y la facilidad de los delanteros vigueses para deshacerse de los defensas visitantes traían de cabeza a Granero. Aunque cierto es que la ocasión más clara antes del descanso la tuvo el Real Oviedo con un derechazo de Iván Rubio desde la frontal del área que tuvo que despejar Rubén cuando se colaba por la escuadra.
El paso por el vestuario le sentó bien al Real Oviedo. Los carbayones salieron con mayor ahínco, mayor presión y, además, adelantaron las líneas. Tras un aviso de Alain, el 1-2 llegó en la salida de un córner a los diez minutos de comenzar la segunda parte. Tras un barullo en el área pequeña, Javi Hernández colaba el balón entre las mallas para desnivelar la contienda.
Con el marcador a favor, los visitantes gozaron de suficientes ocasiones para haber rematado el partido. Tres, en concreto, en las cabezas de Cervero, Pardo y Javi Hernández, este último con un remate que picó en exceso y que tras el bote se marchó alto. Sin embargo, a los 69 minutos el excentral del Alavés emprendía el camino del vestuario tras ver la segunda cartulina amarilla.
La expulsión de Javi Hernández dejó noqueado a un Oviedo que fue incapaz de mantener el marcador con ventaja. Tras varios avisos del conjunto local, el gol llegó a los 83 minutos de partido, obra de Aitor. Un jarro de agua fría para un Oviedo que había dado entrada a David Fernández para darle empaque a la defensa, pero cuyo esfuerzo fue en vano.
Con poco tiempo por delante, los oviedistas le pusieron más corazón que cabeza, como se demostró tras un saque de esquina en el tiempo añadido que terminó con un fuera de juego de Susaeta tras haber sido el jugador vasco quien había botado el córner después de un intento de jugada ensayada.
El empate sirve para mantener unos sobresalientes guarismos a domicilio para el equipo de Granero pero, al mismo tiempo, no despeja los problemas defensivos que están lastrando a los carbayones en toda la primera vuelta de la competición liguera.
Real Oviedo: Orlando Quintana; Alba, Pardo, Javi Hernández, Sergio Rodríguez; Sergio García (Susaeta, minuto 53), Salva Rivas, Iván Rubio, Annunziata (David Fernández, minuto 70); Alain (Eneko, minuto 75) y Cervero
Árbitro: Pizarro Gómez (comité madrileño). Amarilla a los locales Borja Iglesias, Javi Rey y Maceira, y a los visitantes Alain, Eneko e Iván Rubio. Expulsó por doble amonestación a Javi Hernández en el minuto 69.
Goles: 0-1, minuto 6: Alain; 1-1, minuto 13: Borja Iglesias; 1-2, minuto 55: Javi Hernández; 2-2, minuto 84: Aitor.
Incidencias: Municipal de Barreiro, 800 espectadores.
El once inicial del Real Oviedo sufría modificaciones obligadas por las lesiones. Orlando fue el sustituto de Pol en la portería y Sergio Rodríguez, el de Sergio García en el lateral zurdo. El único cambio por decisión táctica fue la entrada de Iván Rubio para acompañar a Salva Rivas en el doble pivote tras quedarse Héctor Simón en Oviedo por deseo de Granero.
Con la confianza que dan los resultados a domicilio, y al contrario de sus partidos como local, el Oviedo fue quien dispuso de la primera ocasión. Cervero tuvo en sus botas la ocasión para abrir la lata a los tres minutos, pero su envío lo desbarato Rubén. No tardaron los azules, en Vigo de naranja, en inaugurar el marcador.
Tras una buena presión en la banda izquierda y dos toques con la cabeza de Sergio Rodríguez y Cervero, el balón le cayó a Alain Arroyo. El bilbaíno se deshizo del defensa, en aparente falta que no indicó el colegiado, para poner el 0-1 en el marcador a los seis minutos.
Poco le duró la alegría al Real Oviedo, que veía cómo cinco minutos después llegaba el gol de la igualada y el comienzo de sus males. Añón recibía un balón solo en la izquierda que centraba para que Borja Iglesias rematase a placer. Empate a uno y dominio celtiña a partir de ese momento.
Los apuros defensivos comenzaron a ser la tónica que marcaría el resto de la primera mitad para el equipo oviedista. Los continuos desbordes y la facilidad de los delanteros vigueses para deshacerse de los defensas visitantes traían de cabeza a Granero. Aunque cierto es que la ocasión más clara antes del descanso la tuvo el Real Oviedo con un derechazo de Iván Rubio desde la frontal del área que tuvo que despejar Rubén cuando se colaba por la escuadra.
El paso por el vestuario le sentó bien al Real Oviedo. Los carbayones salieron con mayor ahínco, mayor presión y, además, adelantaron las líneas. Tras un aviso de Alain, el 1-2 llegó en la salida de un córner a los diez minutos de comenzar la segunda parte. Tras un barullo en el área pequeña, Javi Hernández colaba el balón entre las mallas para desnivelar la contienda.
Con el marcador a favor, los visitantes gozaron de suficientes ocasiones para haber rematado el partido. Tres, en concreto, en las cabezas de Cervero, Pardo y Javi Hernández, este último con un remate que picó en exceso y que tras el bote se marchó alto. Sin embargo, a los 69 minutos el excentral del Alavés emprendía el camino del vestuario tras ver la segunda cartulina amarilla.
La expulsión de Javi Hernández dejó noqueado a un Oviedo que fue incapaz de mantener el marcador con ventaja. Tras varios avisos del conjunto local, el gol llegó a los 83 minutos de partido, obra de Aitor. Un jarro de agua fría para un Oviedo que había dado entrada a David Fernández para darle empaque a la defensa, pero cuyo esfuerzo fue en vano.
Con poco tiempo por delante, los oviedistas le pusieron más corazón que cabeza, como se demostró tras un saque de esquina en el tiempo añadido que terminó con un fuera de juego de Susaeta tras haber sido el jugador vasco quien había botado el córner después de un intento de jugada ensayada.
El empate sirve para mantener unos sobresalientes guarismos a domicilio para el equipo de Granero pero, al mismo tiempo, no despeja los problemas defensivos que están lastrando a los carbayones en toda la primera vuelta de la competición liguera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario