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| Foto: La nueva España |
Hugo López se convirtió en asesor del consejo de administración del Oviedo en julio de 2012. El club debía afrontar una ampliación de capital y Toni Fidalgo se puso al frente para conducir un consejo de emergencia. Fidalgo contó con Hugo López en su condición de presidente de la Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo (APARO) para coordinarse con la afición en el intento de evitar la disolución de la entidad.
Una vez salvada esta situación con la suscripción de dos millones de euros en acciones por parte de los aficionados y con la entrada del Grupo Carso en el accionariado del club con otros dos millones, Hugo López dejó de tener tan claro que fuera lo más oportuno seguir vinculando a la APARO con el gobierno del Oviedo; pero tanto Toni Fidalgo en su momento como Sabino López más adelante le pidieron que no se marchara, para dar estabilidad a la institución y él aceptó. El próximo mes de diciembre habrá una junta en la que los accionistas tendrán que decidir el futuro del club y ahora ya sí que definitivamente Hugo López considera que ha llegado el momento de "seguir caminos paralelos, cada uno trabajando en su ambito".
"Entiendo que la APARO tiene que ir por su camino. Lo de estar en el consejo era temporal y yo en noviembre (del año pasado) ya entendía que había terminado nuestro momento de estar ahí; pero Toni (Fidalgo) me pidió que siguiéramos para dar estabilidad al club y lo mismo sucedió con los consejeros que se quedaron tras la dimisión de Toni. Si salíamos del consejo, se podía interpretar como una crisis y no era el momento". López no se olvida de la situación en la que se encontraba la entidad en julio de 2012, con la caja vacía y sin un futuro en el horizonte: "no había ni para sellos y la APARO tuvo que hacerse cargo de muchas cosas básicas para que el club pudiera seguir funcionando".
Hugo López no deja enemigos en su paso por el consejo del Oviedo: "hay buena relación con todos los que he estado en el consejo" y prefiere quedarse con los mejores momentos de su etapa en el club: "la satisfacción de ver que la ampliación de capital acabó bien y que la entidad seguía adelante". En cuanto al futuro, no se hace ilusiones de que la próxima junta vaya a ser tranquila, aunque le gustaría: "tranquilidad, en el Oviedo, es complicado. A mí me gustaría que la mayoría decidiera un consejo y que éste tuviera continuidad y llevara a cabo una gestión responsable. Me gustaría que fuera una junta tranquila, pero me temo que no va a ser así".
Una vez salvada esta situación con la suscripción de dos millones de euros en acciones por parte de los aficionados y con la entrada del Grupo Carso en el accionariado del club con otros dos millones, Hugo López dejó de tener tan claro que fuera lo más oportuno seguir vinculando a la APARO con el gobierno del Oviedo; pero tanto Toni Fidalgo en su momento como Sabino López más adelante le pidieron que no se marchara, para dar estabilidad a la institución y él aceptó. El próximo mes de diciembre habrá una junta en la que los accionistas tendrán que decidir el futuro del club y ahora ya sí que definitivamente Hugo López considera que ha llegado el momento de "seguir caminos paralelos, cada uno trabajando en su ambito".
"Entiendo que la APARO tiene que ir por su camino. Lo de estar en el consejo era temporal y yo en noviembre (del año pasado) ya entendía que había terminado nuestro momento de estar ahí; pero Toni (Fidalgo) me pidió que siguiéramos para dar estabilidad al club y lo mismo sucedió con los consejeros que se quedaron tras la dimisión de Toni. Si salíamos del consejo, se podía interpretar como una crisis y no era el momento". López no se olvida de la situación en la que se encontraba la entidad en julio de 2012, con la caja vacía y sin un futuro en el horizonte: "no había ni para sellos y la APARO tuvo que hacerse cargo de muchas cosas básicas para que el club pudiera seguir funcionando".
Hugo López no deja enemigos en su paso por el consejo del Oviedo: "hay buena relación con todos los que he estado en el consejo" y prefiere quedarse con los mejores momentos de su etapa en el club: "la satisfacción de ver que la ampliación de capital acabó bien y que la entidad seguía adelante". En cuanto al futuro, no se hace ilusiones de que la próxima junta vaya a ser tranquila, aunque le gustaría: "tranquilidad, en el Oviedo, es complicado. A mí me gustaría que la mayoría decidiera un consejo y que éste tuviera continuidad y llevara a cabo una gestión responsable. Me gustaría que fuera una junta tranquila, pero me temo que no va a ser así".
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