Foto: web oficial del Real Oviedo |
Si Alcalá fue la advertencia, Tenerife
ha sido la confirmación. Algo no marcha. Al menos si se mira al Oviedo
como serio candidato al ascenso. Cero puntos sumados ante los dos
últimos clasificados de la Liga exige un toque de atención que llegó en
la figura del máximo responsable del club. Toni Fidalgo se desplazó ayer
por la mañana a El Requexón para conocer de primera mano el sentir del
vestuario tras las dos dolorosas derrotas. «La confianza en Sarriugarte
sigue intacta, pero el entrenador de un equipo de fútbol, como el
presidente, siempre depende de los resultados», comentó Fidalgo a su
salida del vestuario.
En total fueron tres las reuniones
mantenidas entre las paredes de El Requexón. Fidalgo llegó a las 12.30 a
El Requexón. Los futbolistas y cuerpo técnico sabían de las intenciones
del máximo dirigente desde la tarde del domingo, concretamente en la
escala que el equipo hizo en Madrid para regresar a casa. Fidalgo se
dirigió en primer lugar a la totalidad de la plantilla azul para después
hacerlo a solas con los capitanes del equipo. La ronda de encuentros
finalizó con otra reunión con Sarriugarte, antes de dar por cerrada la
visita.
El tono del presidente fue cordial, no se trata de un
ultimátum o similar. La intención de Fidalgo fue la de conocer de
primera mano qué había ocurrido en las dos últimas salidas del club. «Me
he limitado a cumplir con mi responsabilidad y valorar la situación
existente. Tengo plena confianza y compromiso de que esto no volverá a
pasar», indicó el presidente con firmeza. Fidalgo apeló al elemento más
emocional (con ejemplos como los vividos en la última ampliación de
capital) para exigir una reacción de la plantilla.
«Son momentos
difíciles, pero estas minicrisis ya las hemos tenido», añadió. Con esta
reflexión el presidente se refería a la semana posterior al empate ante
el Guijuelo. El empate del conjunto salmantino en el Tartiere en el
último minuto dio paso a las críticas más marcadas contra el entrenador.
Una parte de la grada coreó el «¡Sarriugarte dimisión!» por primera (y
única) vez en la presente campaña. Entonces se abogó por la calma. Algo
similar a lo que ocurre ahora aunque con mayor preocupación por el
momento trascendente de la temporada en el que se encuentra el equipo.
«He
visto a Sarriugarte seriamente preocupado. Hasta ahora ha hecho un gran
trabajo. No debemos olvidar de dónde venimos, cómo empezamos. Cómo
tuvimos que crear el equipo, fichar e integrarlo con mes y medio de
retraso. Desde el principio hemos estado en puestos de play-off. No es
conveniente perder la perspectiva», defiende Fidalgo antes de
introducir matices: «Vamos a darnos un margen en los próximos partidos y
pensar que todo irá bien».
La idea que se mantiene en el consejo
de administración es de confianza en el trabajo del técnico, sólo
acumular malos resultados en las dos próximas jornadas podría hacer que
se tomaran medidas drásticas. El consejo cree que sacarán adelante los
partidos ante el Rayo B y Ourense y el equipo regresará al camino de las
buenas sensaciones. Fidalgo pone un ejemplo para explicar la situación
del técnico: «cuando un programa de televisión no alcanza el share se
cambia el formato del programa».
Febrero está siendo el peor mes
de la competición para el Oviedo. Tras un comienzo de campaña con dudas,
el equipo parecía que había enderezado su rumbo con el paso de la
competición. Las derrotas en Alcalá de Henares y en Tenerife contra el
Marino más el empate sin goles con el Salamanca en el barrizal del
Tartiere han hecho que el equipo sólo haya sumado un punto de nueve
posibles, haya visto al Tenerife alejarse en el primer puesto hasta los
ocho puntos y que incluso se haya perdido la segunda plaza del grupo en
favor del Leganés, uno de los equipos en mejor estado de forma de la
competición.
Las próximas semanas pueden ser vitales para
comprobar cómo ha recibido el equipo las decepciones. Precisamente la
poca capacidad de reacción ante las dificultades es uno de los defectos
más marcados del Oviedo de Sarriugarte. El consejo confía en la reacción
en las dos últimas semanas, solo los malos resultados podría hacer que
se aceleraran los acontecimientos.
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