El partido del pasado domingo entre el San Sebastián de
los Reyes y el Real Oviedo no pasará a la historia del oviedismo por su
calidad. Ni mucho menos por el resultado. Pero sí porque, en el
transcurso del mismo, Diego Cervero, uno de los jugadores de la historia
del club, logró su gol 100 en competición oficial con la camiseta azul.
Cervero, probablemente, no se haga un hueco en la
historia del fútbol español como los otros jugadores del conjunto
ovetense que han alcanzado la centena de goles -Lángara (257), Herrerita
(150), Galán (135) y Carlos (133)-, pero sí tiene un lugar de
privilegio en el corazón de los aficionados oviedistas.
El gol del pasado domingo es un compendio de lo que es
Cervero, ya que la fe y entrega con que el delantero peleó el balón, al
que llegaba en desventaja con el portero, le permitieron marcar. La
celebración, guiño a su íntimo amigo Michu incluido, acabó con el
delantero cabeceando el césped de Matapiñonera en un gesto que le acerca
a la misma grada en la que, si no fuera jugador, seguro estaría
animando al equipo de sus amores, como hizo siempre que pudo cuando no
estaba en el club.
La historia goleadora de Cervero en el Oviedo tiene su
punto de inflexión en el campo de El Sotón de Pola de Lena. Fue en la
décima jornada de la temporada 2003-2004. El delantero todavía no se
había estrenado como goleador con el primer equipo y empezaba a ser
cuestionado. Pero aquella tarde, sobre un embarrado terreno de juego,
abrió a lo grande su cuenta goleadora marcando los cuatro goles del 0-4
con que los azules se impusieron en aquel encuentro.
Esa temporada Cervero logró otros seis goles en la Liga y
uno en el play-off de ascenso ante el Arteixo. Precisamente en ese
encuentro ante el conjunto gallego, en el que el equipo no logró
ascender en un Carlos Tartiere ante 25.000 espectadores, tuvo lugar una
de las frases que se recuerdan en la historia reciente del oviedismo.
Tras la dolorosa eliminación, el delantero, llorando,
aseguró aquellos de que «no sé si podré llevar a este equipo por mi
calidad a Primera pero lo que tengo muy claro es que, hasta que el
Oviedo no suba a segunda B, o me muero o yo de aquí no me marcho, por mi
madre y por mi padre, eso lo tengo muy claro».
En la siguiente temporada Cervero cumplió su compromiso y
logró el ascenso con el equipo a Segunda B. El delantero marcó esa
campaña 17 goles en Liga y uno en la Copa Federación. La campaña
2005-2006, en Segunda B, fue, sin embargo, la última de su primera etapa
en el club. Y lo hizo con 3 goles.
Cervero dejó el Oviedo y, tras una efímera aventura en el
Oldham Athletic, fichó por la Unión Deportiva Marbella. Pero, en el mes
de diciembre, hizo de nuevo las maletas y regresó a Asturias. Al
Lealtad de Villaviciosa.
El delantero volvió a la disciplina azul en la temporada
2007-2008, en Tercera División. Hizo 26 goles en Liga, 3 en Copa
Federación y uno en la promoción ante el Caravaca, de infausto recuerdo
para el oviedismo, ya que no se logró el ascenso tras el 4-0 del partido
de ida.
En la siguiente temporada, Cervero sí logró el objetivo
de ascender nuevamente con el Oviedo a Segunda B. El ariete logró 35
goles en Liga, 1 en la Copa del Rey y el único de la promoción de
ascenso de penalti ante el Mallorca B.
El club no le renovó y se fue al Logroñés, en Segunda B,
donde permaneció tres temporadas en las que logró 13, 18 y 20 goles, que
le sirvieron en las dos últimas para ser el máximo goleador del grupo.
Esta temporada el delantero regresa a casa consolidado
como goleador, tras la experiencia riojana y con el ánimo de luchar por
el ascenso a Segunda División con el equipo de sus amores.
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