lunes, 12 de noviembre de 2012

Victoria en un partido que pasará a la história

Foto: Irma Collin
Real Oviedo: Dani Barrio; Owona, Mantovani, David Fernández, Álvaro; Xavi Moré (Jandro, minuto 69), Aitor Sanz, Cerrajeria, Iker Alegre (Aquino, minuto 79); Casares (Pascual, minuto 73) y Diego Cervero  

Real Madrid C: Rubén; Joel, Dani Suárez, Marc Vales, Adrián; Sobrino (Barril, minuto 72), Kamal, Álvaro López, Belima; Burgui (Raúl de Tomás, minuto 61) y Aguza (Ramirez, minuto 46)  

Árbitro: Vicente Moral (Castilla León). Amarilla al local Cerrajería y a los visitantes Aguza, Kamal y Joel.  

Gol: 1-0, minuto 60: Iker Alegre  

Incidencias: Carlos Tartiere, 20.500 espectadores.

El Oviedo resolvió sin brillo un partido especial presenciado por más de 20.000 espectadores. Un gol de Iker Alegre fue suficiente para que los tres puntos se quedaran en el Tartiere en un partido de escaso juego. El ambiente festivo de las gradas fue una losa para un Oviedo que nunca estuvo cómodo en el campo y en el que volvió a mostrar sus carencias, en especial en lo que se refiere a la creación del juego. El gol de Iker Alegre permite a los azules meterse de nuevo en los puestos de promoción de ascenso.

En la primera mitad el Oviedo apenas apareció, a excepción del arreón en el tramo final. Los azules estuvieron atascados en la creación y, además, cometieron continuos errores en los pases, incluso en los más fáciles, parecía que el ambiente del Tartiere era una losa para unos futbolistas muy desacertados a los que les pesaba la responsabilidad de estar a la altura de su afición.

Sin ideas, las llegadas a la portería rival fueron contadas. Prueba de ello es que en toda la primera mitad sólo hay que reseñar una ocasión de Cervero en el minuto 42, que el portero Rubén desbarató con acierto. Hasta entonces, un disparo muy alto de Iker Alegre, en el minuto 13, había sido el mejor acercamiento de los azules a la portería madridista. Es cierto que los oviedistas no pasaron por ninguna situación de peligro, pero su falta de creatividad con el balón fue un lastre muy pesado. Sin juego y con escasas ideas, los azules quedaron muy limitados a las acciones individuales de Xavi Moré, que lo intentó en un par de acciones, pero sus centros no encontraron rematador, mientras que en la otra banda Iker Alegre estuvo más desacertado.

Las ausencias de Manu Busto y Señé propiciaron que Casares actuase en la posición de media punta, al igual que sucedió en la segunda parte del encuentro ante el Zamora, pero el andaluz, a pesar de que puso voluntad y entrega, no estuvo a su mejor nivel. El Madrid C en la primera parte se limitó a hacer su partido. No pasó ningún apuro en defensa y sólo le faltó tener más presencia ofensiva para poder meter algo de presión a un Oviedo muy plano en la primera mitad.

Hubo que esperar hasta el minuto 40 para ver la única ocasión de gol en la primera parte. Fue tras una falta lateral botada por Xavi Moré. El rechace de la defensa fue para Aitor Sanz, que desde fuera del área enganchó un disparo que tras pegar en Cerrajería quedó a los pies de Cervero, pero el disparo del delantero fue bien taponado por el portero Rubén.

En la segunda mitad, el Oviedo pusó más intensidad y ritmo, ante un Madrid C que no modificó su propuesta. Eso fue ya suficiente para que en los primeros minutos creasen más situaciones de gol que en toda la primera mitad.

La primera de ellas corrió a cargo de Iker Alegre, en el minuto 57, tras un centro de Xavi Moré, pero el disparo del centrocampista salió rozando el poste derecho de la portería de Rubén. Sólo tres minutos después, en una jugada que inició Casares, Xavi Moré le puso el balón en bandeja a Iker Alegre, que de disparo rasó batió a Rubén provocando el estallido de alegría de todo el Tartiere.

El Real Madrid C no tardó en aparecer. Lo hizo en dos primeros disparos entre los tres palos, pero en ambos Dani Barrio, con dos buenas intervenciones, los desbarató. El primero de ellos fue tras una falta sacada por Ramírez, que envió a córner, y la segunda tras ese saque de esquina, respondiendo con acierto al disparo, desde fuera del área de Álvaro López.

El gol, lejos de dar tranquilidad a los azules, les atenazó más, aunque a la contra dispusieron de claras ocasiones para sentenciar el partido. La primera de ellas en un remate de cabeza de Cervero, a pase de Jandrín; la segunda, de Iker Alegre enviando por encima de la portería un pase atrás de Jandrín y, la última, del propio Jandrín, tras un pase atrás de Cervero.

El Oviedo no lograba matar el partido, que entró en los diez últimos minutos con la incertidumbre del marcador y un Madrid C dispuesto a agotar sus escasos recursos ofensivos.

Dani Barrio volvió a ser decisivo al desviar un disparo de Ramirez desde fuera del área, en el minuto 86. Ahí acabaron todos los intentos de los madridistas, mientras que los azules administraron bien la posesión del balón en los últimos minutos aguantando su ventaja sin problemas hasta que el árbitro pitó el final del partido entre la explosión de júbilo de las gradas del Tartiere.

Al termino del partido Félix Sarriugarte, destacó que fue una victoria que «nos costó conseguirla, en un partido jugado con corazón y con el sentimiento a flor de piel desde el principio». Sarriugarte indicó que «los jugadores lo dejaron todo en el campo, con una gran actitud. Nos costó, pero ante la adversidad creo que nos volvemos a sentir fuertes».

El técnico señaló que el ambiente que había en el Tartiere pesó a los jugadores. «Era lógico. Teníamos la responsabilidad de responder a una gente que está siempre con nosotros y eso, a veces, no es fácil, pero el equipo lo intentó. Es cierto que hasta el 1-0 podía el corazón, después tuvimos ocasiones para finiquitar el partido, pero nos ha faltado tranquilidad para resolverlas. No obstante, estamos en una situación en la que el equipo ha vuelto a dar otro paso adelante, más si cabe con el apoyo de todos. Con esta fuerza que tiene el oviedismo, estoy seguro de que vamos a salir adelante».

Sarriugarte añadió que «la manifestación que hubo de sentimiento, de pasión, de emoción por un equipo es difícilmente comparable y también de encontrar».

El entrenador del Oviedo destacó que su equipo buscó la victoria desde el principio. «Cuando no eres capaz de finiquitar el partido, siempre quedas a expensas de que el rival te pueda complicar el partido en cualquier situación. Pero defensivamente estuvimos firmes y las opciones de ellos han sido siempre en tiros lejanos. Con la mínima ventaja en el marcador, siempre tienes el riesgo de que todo se pueda venir abajo en una jugada».

Sarriugarte dio valor a la victoria de su equipo destacando que «es la primera derrota del Real Madrid C fuera de casa. Los partidos hay que trabajarlos y es difícil de elaborar el juego cuando los equipos están organizados. Nos sentíamos obligados a sacar el partido adelante y eso añadía un plus de dificultad que hemos sabido solventar».

José Palacio / La nueva España

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