Foto: Irma Collin |
Real Madrid C: Rubén; Joel, Dani Suárez, Marc Vales, Adrián; Sobrino (Barril, minuto 72), Kamal, Álvaro López, Belima; Burgui (Raúl de Tomás, minuto 61) y Aguza (Ramirez, minuto 46)
Árbitro: Vicente Moral (Castilla León). Amarilla al local Cerrajería y a los visitantes Aguza, Kamal y Joel.
Gol: 1-0, minuto 60: Iker Alegre
Incidencias: Carlos Tartiere, 20.500 espectadores.
El Oviedo resolvió sin brillo un partido especial presenciado por más
de 20.000 espectadores. Un gol de Iker Alegre fue suficiente para que
los tres puntos se quedaran en el Tartiere en un partido de escaso
juego. El ambiente festivo de las gradas fue una losa para un Oviedo que
nunca estuvo cómodo en el campo y en el que volvió a mostrar sus
carencias, en especial en lo que se refiere a la creación del juego. El
gol de Iker Alegre permite a los azules meterse de nuevo en los puestos
de promoción de ascenso.
En la primera mitad el Oviedo apenas
apareció, a excepción del arreón en el tramo final. Los azules
estuvieron atascados en la creación y, además, cometieron continuos
errores en los pases, incluso en los más fáciles, parecía que el
ambiente del Tartiere era una losa para unos futbolistas muy
desacertados a los que les pesaba la responsabilidad de estar a la
altura de su afición.
Sin ideas, las llegadas a la portería rival
fueron contadas. Prueba de ello es que en toda la primera mitad sólo hay
que reseñar una ocasión de Cervero en el minuto 42, que el portero
Rubén desbarató con acierto. Hasta entonces, un disparo muy alto de Iker
Alegre, en el minuto 13, había sido el mejor acercamiento de los azules
a la portería madridista. Es cierto que los oviedistas no pasaron por
ninguna situación de peligro, pero su falta de creatividad con el balón
fue un lastre muy pesado. Sin juego y con escasas ideas, los azules
quedaron muy limitados a las acciones individuales de Xavi Moré, que lo
intentó en un par de acciones, pero sus centros no encontraron
rematador, mientras que en la otra banda Iker Alegre estuvo más
desacertado.
Las ausencias de Manu Busto y Señé propiciaron que
Casares actuase en la posición de media punta, al igual que sucedió en
la segunda parte del encuentro ante el Zamora, pero el andaluz, a pesar
de que puso voluntad y entrega, no estuvo a su mejor nivel. El Madrid C
en la primera parte se limitó a hacer su partido. No pasó ningún apuro
en defensa y sólo le faltó tener más presencia ofensiva para poder meter
algo de presión a un Oviedo muy plano en la primera mitad.
Hubo que esperar hasta el minuto 40 para ver la única ocasión de gol en la primera parte. Fue
tras una falta lateral botada por Xavi Moré. El rechace de la defensa
fue para Aitor Sanz, que desde fuera del área enganchó un disparo que
tras pegar en Cerrajería quedó a los pies de Cervero, pero el disparo
del delantero fue bien taponado por el portero Rubén.
En la
segunda mitad, el Oviedo pusó más intensidad y ritmo, ante un Madrid C
que no modificó su propuesta. Eso fue ya suficiente para que en los
primeros minutos creasen más situaciones de gol que en toda la primera
mitad.
La primera de ellas corrió a cargo de Iker Alegre, en el
minuto 57, tras un centro de Xavi Moré, pero el disparo del
centrocampista salió rozando el poste derecho de la portería de Rubén.
Sólo tres minutos después, en una jugada que inició Casares, Xavi Moré
le puso el balón en bandeja a Iker Alegre, que de disparo rasó batió a
Rubén provocando el estallido de alegría de todo el Tartiere.
El
Real Madrid C no tardó en aparecer. Lo hizo en dos primeros disparos
entre los tres palos, pero en ambos Dani Barrio, con dos buenas
intervenciones, los desbarató. El primero de ellos fue tras una falta
sacada por Ramírez, que envió a córner, y la segunda tras ese saque de
esquina, respondiendo con acierto al disparo, desde fuera del área de
Álvaro López.
El gol, lejos de dar tranquilidad a los azules, les
atenazó más, aunque a la contra dispusieron de claras ocasiones para
sentenciar el partido. La primera de ellas en un remate de cabeza de
Cervero, a pase de Jandrín; la segunda, de Iker Alegre enviando por
encima de la portería un pase atrás de Jandrín y, la última, del propio
Jandrín, tras un pase atrás de Cervero.
El Oviedo no lograba matar
el partido, que entró en los diez últimos minutos con la incertidumbre
del marcador y un Madrid C dispuesto a agotar sus escasos recursos
ofensivos.
Dani Barrio volvió a ser decisivo al desviar un disparo
de Ramirez desde fuera del área, en el minuto 86. Ahí acabaron todos
los intentos de los madridistas, mientras que los azules administraron
bien la posesión del balón en los últimos minutos aguantando su ventaja
sin problemas hasta que el árbitro pitó el final del partido entre la
explosión de júbilo de las gradas del Tartiere.
Al termino del partido Félix Sarriugarte, destacó que fue una victoria que «nos costó
conseguirla, en un partido jugado con corazón y con el sentimiento a
flor de piel desde el principio». Sarriugarte indicó que «los jugadores
lo dejaron todo en el campo, con una gran actitud. Nos costó, pero ante
la adversidad creo que nos volvemos a sentir fuertes».
El técnico señaló que el ambiente que había en el Tartiere pesó a los jugadores. «Era lógico. Teníamos la responsabilidad de responder a una gente que está siempre con nosotros y eso, a veces, no es fácil, pero el equipo lo intentó. Es cierto que hasta el 1-0 podía el corazón, después tuvimos ocasiones para finiquitar el partido, pero nos ha faltado tranquilidad para resolverlas. No obstante, estamos en una situación en la que el equipo ha vuelto a dar otro paso adelante, más si cabe con el apoyo de todos. Con esta fuerza que tiene el oviedismo, estoy seguro de que vamos a salir adelante».
Sarriugarte añadió que «la manifestación que hubo de sentimiento, de pasión, de emoción por un equipo es difícilmente comparable y también de encontrar».
El entrenador del Oviedo destacó que su equipo buscó la victoria desde el principio. «Cuando no eres capaz de finiquitar el partido, siempre quedas a expensas de que el rival te pueda complicar el partido en cualquier situación. Pero defensivamente estuvimos firmes y las opciones de ellos han sido siempre en tiros lejanos. Con la mínima ventaja en el marcador, siempre tienes el riesgo de que todo se pueda venir abajo en una jugada».
Sarriugarte dio valor a la victoria de su equipo destacando que «es la primera derrota del Real Madrid C fuera de casa. Los partidos hay que trabajarlos y es difícil de elaborar el juego cuando los equipos están organizados. Nos sentíamos obligados a sacar el partido adelante y eso añadía un plus de dificultad que hemos sabido solventar».
José Palacio / La nueva España
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